Reuniones Grupales

La responsabilidad personal está compuesta por muchas cualidades que, al desarrollarlas, nos permiten ser líderes de nuestra vida y de quienes nos rodean, de una forma muy positiva. No hay un mejor aspecto a desarrollar que el valientemente ser responsables de nuestra actitud, respuestas, hábitos y decisiones.

De mis temas favoritos: La fuerza de voluntad. Es el músculo que todos podemos desarrollar, para tomar decisiones que nos hacen bien a largo plazo, no necesariamente cómodas en este momento. La fuerza de voluntad va a ser nuesra mejor aliada para convertirnos en la persona que queremos ser. Se requiere fuerza de voluntad para ir a terapia, para tomar sesiones de coaching, para aplicar lo aprendido, para hacer lo que nos da miedo, para sonreír 10 segundos, etc...

Me he dado cuenta de que para que el liderazgo se disfrute, necesitamos meter nuestra autenticidad en nuestra vida diaria. Por eso, hablar de lo que nos apasiona, lo que nos encanta, y encontrar las maneras de involucrarlo en nuestras rutinas, va a ser súper importante en la constante definición y preparación de nuestro liderazgo.

Para llegar a nuestra actitud ideal, vamos a trabajar distintos temas como el reconocimiento, delegar, confiar, conexión y humildad, crítica externa, empatía, cuándo escuchar, cuándo expresar, revisión general áreas de vida y siguientes pasos. Todos estos temas, acercándolos a nuestros roles, objetivos y versión ideal.

Muchos de nosotros nos dedicamos a profesiones que son de servicio. El servir puede sonar muy bonito, pero una vez que lo estamos practicando, sin duda llegan retos como el miedo al rechazo, la necesidad de ser aprobados, competir, compararnos, no querer dar más de lo que nos "toca", y nos perdemos de varias oportunidades al dejarnos llevar por estas partes de nosotros. ¿Cómo marcar límites y seguir sirviendo auténticamente? De esto vamos a hablar en las reuniones.

Uno de los ejercicios favoritos de toooodos los clientes: Recordar lo que estoy trayendo a la mesa. Aquí, vamos a practicar reconocernos y desde ese lugar de seguridad y confianza en nosotros, elegir qué sigue y cómo, en cada aspecto de nuestra vida (pero sobre todo en los que tengan menor calificación).

¿Qué eres en un día? Papá, mamá, pareja, compañero de trabajo, amiga, amigo, etc... somos líderes en todas nuestras relaciones, si así lo elegimos. Observar quién estoy siendo, quién he sido y quién quiero ser en mis relaciones, constantemente, me ayuda a encontrar congruencia y elegir las acciones que me conectan con esa actitud. Mientras escribo esto, me doy cuenta de lo imporante que es este punto y hacer una revisión diaria, semanal, mensual (como vayamos necesitando, hasta que no la necesitemos tan seguido).

Este es uno de los temas que tenemos que revisar cuando estamos constantemente saliendo de nuestra zona de confort. Me gusta mucho recordarnos la gran importancia de saber que, de vez en cuando, no vamos a querer hacer las cosas por miedo al rechazo. Desde dejar de seguir el rol que tenemos en nuestra familia, hasta dar el siguiente paso para ser mejores líderes en el proyecto o trabajo, cualquier objetivo que tengamos puede tener el reto del síndrome del impostor. Y saber cómo trabajarlo, junto con nuestros estilos de apego, será clave en vivir cada día como si fuera el último, sin quitar los pies de la tierra.